Rúcula Cultivada - semillas no tratadas

También conocida como rúcula plana. La Rúcula Cultivada es la clásica utilizada en las mezclas de ensaladas, se diferencia de la variedad salvaje en que su sabor picante es más ligero. Las hojas pueden ser cosechadas individualmente, son largas, aserradas y de color verde oscuro. De maduración muy rápida, resistente a todo tipo de climas y muy fácil de cultivar. Las semillas que te ofrecemos de esta variedad son Ecológicas.

La Rúcula la sembramos preferiblemente, entre marzo y septiembre en un lugar con sol o semisombra. Hay que sembrar las semillas a 0,5 cm de profundidad y a 10 cm de separación aproximadamente, después hay que cubrir ligeramente con tierra. Debemos mantener el suelo siempre húmedo, ya que la falta de agua hace que las hojas sean más pequeñas y picantes. La rúcula es ideal para macetas ya que sus raíces no necesitan mucha profundidad. Para tener cosecha de continuo se puede sembrar de manera escalonada.

Recolectar las hojas según se necesiten, se conservan lavadas en la nevera unos dos o tres días. Hay que cortar las hojas, no arrancar la planta, para que produzca más, hasta que llegue el momento de dar flor. Sus flores también son comestibles pero su sabor es algo más picante que la hoja.

La forma de consumirla más extendida en España es cruda; en ensaladas variadas o ensaladas hechas con rúcula nada más. Pero en Italia y Francia, donde se ha consumido desde hace siglos le dan utilidades mucho más variadas; en sopas, salsas, pastas y arroces. Ligeramente cocida, se añade a las frituras y se considera un sustituto de las espinacas. También se suele añadir a las pizzas recién horneadas y es una excelente “cama” para el marisco. Es común en la gastronomía italiana la receta de "pesto de rúcula", una salsa variante de la popular salsa “pesto” tradicional.

La rúcula es rica en beta caroteno, vitamina C, pro-vitamina A, calcio, acido fólico, magnesio, potasio, hierro y fibra. Es una planta con cualidades antianémicas que además, mejora el tránsito intestinal y favorece la digestión.

Tolera bien plantas de ciclo más largo como el tomate, el pimiento, la berenjena, la cebolla y la lechuga, algunas además, le darán sombra. Es preferible evitar sembrar con plantas de la misma familia, como las coles, el rábano o el nabo.

En la época romana la rúcula se cultiva tanto por sus hojas como por sus semillas. La semilla se utilizaba para aceites aromatizantes y como ingrediente en brebajes que consideraban afrodisíacos. Parte de una comida típica romana era ofrecer una ensalada “de verdes” elaborada con: rúcula, lechuga romana, achicoria, malva y lavanda y después sazonado con una "salsa de queso para la lechuga"